Como lo prometido es deuda, en esta entrada continuaremos con los estilos decorativos. En concreto hablaremos de tres de ellos: el estilo étnico, el estilo oriental y el estilo mediterráneo.
Los materiales de este estilo, que apuesta por la calidez y al toque personal, son: la madera tallada, los tejidos naturales, el mimbre y distintas fibras vegetales, telas tintadas a mano, barro, piedra, etc.
Si los objetos hacen referencia a experiencias personales, viajes vividos, lugares visitados,… el espacio denotará un carácter aún más especial.
Por otro lado, el mobiliario puede ser de líneas contemporáneas, aún con tendencia al minimalismo. Pero también el étnico convive con muebles antiguos. La clave del éxito es no recargar los espacios.
La artesanía, haciendo referencia a distintas culturas, espacios y tiempos, es una de las claves del éxito.
Los materiales reinantes en el estilo oriental están muy arraigados a su cultura: el bambú, la piedra, la madera de cedro y el papel de arroz o el mimbre, entre otros. La seda, por ejemplo, es otro de los materiales importantes de este estilo para dar sutiles toques textil. La combinación de materiales intenta crear contrastes muy potentes en los espacios, como por ejemplo, la madera envejecida con fuertes lacados.
El Yin y el Yang también juega un papel muy importante, ya que casi todos los elementos se colocan en el espacio teniendo en cuenta este concepto.
Por último, no debemos olvidar la disposición de la altura de los elementos, ya que en la cultura oriental todo se realiza casi al nivel del suelo. Así pues, se debe optar por muebles bajos que, en la medida de lo posible, reposen directamente en el suelo, sin patas.
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